El origen de Monoplaza está en el espíritu emprendedor de dos amigas, Inés Cerezo e Inma Corroto. Alejadas de la formación clásica de la moda (Inés era periodista e Inma, profesora de aerobic), pero unidas por un buen gusto innato y una idea muy clara, tras un viaje a Nueva York decidieron crear su propia línea de moda, inicialmente centrada en la ropa de baño.
Poco a poco, mitad por inquietud personal y mitad a petición de su clientela, comenzaron a diseñar pareos, caftanes, faldas… y acabaron por crear colecciones completas: vestidos, pantalones, americanas, bufandas, chales… y por supuesto, abrigos, una prenda clave de sus actuales colecciones de invierno.
Inma e Inés viajan sin parar por todo el mundo y se encargan de todo, desde la selección de tejidos, estampados y otros materiales – piedras, anillas, borlones y botones muy bien escogidos – hasta el diseño y la venta. Presentan sus colecciones en las ferias internacionales de París y Nueva York y muchos de sus clientes proceden de Japón, EE.UU. y los países árabes.